

ZAMA_
Es difícil, sí. Es lento, también. Pero el final, la prosa demoledora y deslumbrante del final, bien vale (valga la redundancia) la espera. Y es que aquí se habla de una espera, de un ir hacia la nada, de un ir inevitable, cruel, silencioso. Zama observa, calla, actúa cobardemente una y otra vez, es miseria, es ser humano. Un libro oscuro y críptico, donde el tiempo parece ser otra cosa, no días seguidos de días. El calor es una dimensión, el tiempo una profecía, las palabras algo prohibido.
Llegó a mis manos para ser leído antes de que LUCRECIA MARTEL estrene su versión fílmica, su ya varios años demorada, ZAMA. Y así como por sorpresa llegó por sorpresa abrió las puertas a la narrativa de este Antonio Di Bendetto, alma entre Kafka y Borges, entre Camus y Beckett.
Un escritor distinto. Una prosa única.