
Siempre menciono en las clases las cualidades indiscutibles del escribir en cuaderno y con pluma. De elegir el trazo con el que querés trabajar y el soporte en el cual querés hacerlo, que te convoque, que te motive, que trafique emoción y energía.
Hace poco leí por ahí que justamente la palabra emoción, sobre todo en el inglés, es la unión de energía y movimiento (E-Motion). No es tan distinto en castellano: Moción=Movimiento. E-Moción=Energía en Movimiento.
Así que estamos hablando un poco de lo mismo.
Otra de las ventajas de escribir con papel y birome (para ser más criollo aún) es que siempre debes escribir hacia delante. No tenés tanta libertad de edición como con la computadora enfrente y un procesador de textos. Tenés una obligación. Y en el caso de que quieras tachar o romper, pues bueno, deberás encontrarte con un acontecimiento mayor, de una energía superior y más difícil de afrontar, que muchas veces tendemos a evitar.
Yo personalmente recomiendo no tachar, porque nunca sabemos lo que va a servir o no, y porque no hay nada de lo que arrepentirse cuando estamos comprometidos con el aprendizaje y con el acto de mejorar/nos.
Escribir es un evento que se hace hacia delante, y por eso es tan útil hacerlo en un soporte real, analógico, que nos incite a ello.
Corregir en cambio es un proceso de revisión del pasado, con la mirada hacia atrás. Y acá me viene una gran frase del hombre (uno de los culpables) que hizo que pueda estar escribiendo estas palabras y publicarlas tan rápidamente: el controversial (y no tanto) Steve Jobs.
“No puedes conectar los puntos mirando hacia adelante; solo puedes hacerlo mirando hacia atrás…”
Hasta aquí la frase respalda un poco, a mi criterio, aquello que quiero decir. Esas dos energías al parecer contrarias, pero que muchas veces pueden entrelazarse (y quien dice que en el fondo no lo están, cuánticamente), pero que para permitirnos aprender el oficio (en este caso el de la escritura), conviene separar y especializar.
- Hacia delante sin juicio (escribir)
- Hacia atrás juzgando (corregir: sanamente, constructivamente)
Luego la frase del empresario de la manzanita continúa:
“Así que tienes que confiar en que los puntos se conectarán de alguna forma en el futuro. Tienes que confiar en algo: tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Porque creer que los puntos se conectarán luego en el camino te dará la confianza de seguir tu corazón, incluso cuando te conduce fuera del camino trillado, y eso hará toda la diferencia”
Y entonces resume un poco la integración del oficio y del arte, esa danza equilibrada que a veces sucede espontáneamente, siempre nacida de la confianza y la intuición, y que nos permite corregir inconscientemente, voltear (doblar) elegantemente, criticar con halagos, y corregir escribiendo.